11 marzo 2010

EL RECUERDO

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*Fotografía: Eduardo Duro
EL RECUERDO

Te recuerdo sí, así, rojo tras la ventana del paisaje.
Fuego tras la noche que se cierra. Tiempo atrás,
laberinto que se pierde hacia el futuro que regresa.
Vigilia de nuestros sueños atrasados.
Rostro tras rostro, ola sin descanso.
Soledad sobre los océanos que se elevan.

A oscuras tú, sobre ti, tumulto de las horas;
eco de las hojas que volvieron. Ráfaga de los ojos de los hombres.
En tu recuerdo sí, así, bajo este instante sin el tiempo ahora.
Aposento, embrujo de la noche que se abre.
Campo que regresa a su tierra,
seco todo, menos tu sangre etérea.

Al mismo paso, a distinto pasado, mano tras mano,
avanzas, creces, retrocedes, te insinúas;
esculpes tu nombre en nuestra memoria.
El mismo nombre, inquieto y apretado.
A medio camino entre el olvido que se aleja.

05 marzo 2010

EL OLVIDO

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EL OLVIDO

Fuiste tú, tiempo hacia atrás,
burbuja de ti mismo,
nube sin movimiento ni sueños,
golpe de mar que desnuda hasta el infinito.
Soledad de los hombres
sorprendidos por los ojos de tu angustia.

Sin tiempo ni historia, que se sepa,
caminaste en solitario,
bajo los ojos de la tierra,
como un dios sin reino ni orgullo.
A la sombra de tu ceguera,
como pozo sin agua,
ahora vives y mueres
en el recuerdo de tu ausencia.

04 marzo 2010

DE NADIE SOBRE NADIE

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* Fotografía: Joseme

DE NADIE SOBRE NADIE


Sé como el viento que retorna a su primera sacudida;
temblor, misterio…¿Hacia dónde?
Extensión, dinastía de sus orígenes.
Quien descubrió la nube y le devolvió sus ojos;
su aliento, sus puños, sus oídos.
Los que comienzan en las palabras.
Los que terminan en su escucha.
Mientras que alguien le gritaba a lo lejos,
como inicio de la lluvia...“Ve hacia el hombre...”
Triste desprecio al recibirlo;
equívoco de nuestros sueños mortales, a secas;
lugar, medida. Tú, como acento oceánico tan llamativo,
invisible ante los ojos, avenida detrás de la luna.
Viento del Sur. Bajo esa manera de abrazarnos los humanos.
Como nos gritabas a mares... ! Amaros sin mitades !
Parada en los labios, ráfaga del habla;
rastro del perfume que se abre, desnudez indesmayable.
Amar como nos mandas, Amor detrás de cada tarde.
Porque somos soplo, esquina, frontera del aire,
miles de millones y a veces nadie.