
MIRADAS
Cierra los ojos y entre tanto…
Devuélvelos sin miedo al paisaje.
De donde vinieron a contarte,
dónde y sin embargo se refugia el horizonte
y como huésped de la noche se nos marcha.
Cierra los ojos y entre tanto…
Ábrelos sin detenerte ni reclamarlos,
mientras arrastras ese segundo abolido
anotándolo como espacio en tu diario.
Porque este hoy nunca estará tan aproximado
como este trozo de mirada.
Y desplegarás lo inimaginable.
Y te confundirás de verso y de mañana.
Y añadirás palabras que quizás nunca vuelvas a usarlas,
como este frío al que te abrazas.
Porque detrás de aquí, el horizonte ni existiría.
Seguiría como cualquier página en blanco;
indescifrable, sin rostro ni habla;
sin pulso, como desnudo, tras la mirada inagotable.
Mírame, tras este segundo
ya nos habríamos convertido en algo,
ese mundo al que le faltan...
Dos miradas, y el desnudo de la noche.
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