08 agosto 2008

TORMENTA DE AMOR

Fotografía: Joseme

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TORMENTA DE AMOR

La Tormenta
. – A Ella - Aquí, la espero, sobre mis ojos inundados. Olvidando me envuelvo mientras el silencio me llama. Oigo disparos llenos de aire y quisiera abrazarla o besarla. ¡Buscadme!
¡Pero buscadle!. ¡Sus senos…! ¡Mi alma…!
¿Aguantarán mis besos llenos de hambre ? ¡La llave! ¡La llave!. Porque no queda cielo ni viento en la tierra. ¡Abrid, abridme el paisaje, hacia mi ventana cercana! ¡Que corra! ¡Que corra mi alma. El agua que corra. Que me pongan sobre su piel extendida. Hacia su infinito. ¡Llevadme!

El Rayo. - El - Aquí, residuo. Inequívoco. Desconocido.
Al otro lado del espejo. Recibo un abrazo. Ahora su pecho de ti, mi tormenta. La que te busqué desde siempre. Pasión. La luz que se adivina. Reflejo. ¿Será un sueño, o una hendidura que arde? ¿El aroma? ¿ Su forma? ¿ La fórmula ?
¡La llave! ¡La llave que encierro! Espera mujer, mi sombra sobre la tierra, a que corra mi pecho. ¡Que corra!

El Amor. - Sobre los dos - Aquí. En medio. Tránsito de la sangre. Del camino que espera en pisada. Ecuador. Regreso. Corazón aparte. Corazón que reparte el universo. Puente inmerso. Verso inverso. Aire azul sobre el viejo apartado del mundo. Sobre Ella. Sobre Él. Sobre su aguacero de estrellas. ¡La llave! ¡La llave! ¿ La tengo?

El Claro.- En la hiel, descanso. Entre la miel de los pechos te ocultas. Piel sobrante. Hombre o mujer vencidos por el desmayo. Succionados por la tormenta mientras se aleja.
Mientras la noche inmersa cae en aguacero. En besos de corazones. En nudos de corazones que el viento desata.
En la hebra de un sueño. Mientras el hueso del amor entra en el fuego. En rayos o en forma de recuerdo.
Pero no...Abrid!. Abridme a la caída de la carne...! Dejad que la Tormenta me inunde. Que el Rayo fecunde a la Tormenta.¡ Dejadlos ¡ Dejad que duerman en el Amor inacabado...! Una vez más. Solos ahora, en este claro azul, sobre la gaviota del mundo.
Y en silencio, se desnudaron los dos en el claro que ocupan. A un paso, ya, de la ausencia, bajo el cielo que vino...
Rojo atardecer adivino.

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