
NATURALEZA AL DESNUDO
¿Y por qué no, las ciudades,
las mentiras, las verdades,
las palabras?
Del eco del azul, de la tierra,
del hombre;
futuro inconsciente,
pensamiento al oído.
¿Y por qué no, las ciudades,
las mentiras, las verdades,
las palabras?
Del eco del azul, de la tierra,
del hombre;
futuro inconsciente,
pensamiento al oído.
Naturaleza al desnudo,
tal y como vino al mundo,
germen tras germen.
Quizás ahora arrepentida,
de ese abrazo, beso,
tiempo de espera,
asesinada por lo mismo;
por nuestra mano misma,
por nuestra otra mano tan distinta.
Mientras que el tiempo se reclina,
se arrodilla, presiona;
extiende su piel al viento.
Tan seco, tan mojado, tan titubeante,
tan preciso, tan de prisa;
espejo milenario.
Ahora romo, ahora arista,
Esquina, patio, plaza,
calle tan relucientemente asfaltada;
desalada, deshojada, violada violeta.
Como cáncer que duerme, gemido,
ceniza, pájaro entre la niebla.
Cemento, desembocadura, herida;
Círculo tras círculo, distancia;
recuerdo, sexo.
Palabra de amor enterrada bajo la brisa.
Naturaleza al desnudo, calavera de nadie,
de todos. Desierto o grito; como árbol caído,
soledad que avanza, como recién aplastada,
sin pulso a veces, tan amarilla;
tras sus labios verdes, prisionera y princesa.
Luna y grises en la orilla del tiempo,
ignorancia del fuego.
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