27 diciembre 2005

BAJO LA PIEDRA DESNUDA









BAJO LA PIEDRA DESNUDA
("Venus" - Escultura de Rafael Mortol Carvía)









Ojalá surgieras de repente, como naufrago tras la niebla,
ojalá no fueras silencio, blanco, ni mármol;
ni ese sueño inmóvil que se derrite bajo los labios.
Ojalá no fueras lugar ni piedra,
sangre fría tras la sangre, herida sin habla,
ese vacío de Venus de donde te arrancaron.
Ojalá surgieras de tu belleza, de ese corazón tras la montaña;
mejilla tras la tierra, piedra sobre el agua...
Porque antepongo mis ojos, mi locura,
este poema jamás escuchado en la contemplación de ti,
mujer desnuda cuando renaces de tus párpados,
hacia este otro mundo que se cobija en el infinito que se quebranta.
Laberinto de nieve en el que te transformas.
Silenciosa, inmóvil, tras ese jardín de lo invisible,
donde guardabas tu pubis de arena.
Aquí a tu lado quedo, abrazado a tu mirada con mis manos.
Ojalá aparecieras de repente, desplegada,
en forma de ave que se refleja en el horizonte,
ya sin ser esa sombra fría de sal pesada y húmeda.
Ojalá escucharas ese vuelo, ese llanto,
ese viento que aparece tras la lluvia,
que latirá de ti misma, como secreto de la noche;
ya en forma de carne o de sacudida.
Ya sin ser, ese ser de piedra, ese frío que se desnuda.

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