29 enero 2010

DELANTE DE LA PALABRA TIEMPO

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DELANTE DE LA PALABRA TIEMPO

Aprendemos del pasado que el tiempo es indestructible;
que sabe a mar, amar; por detrás y por delante de lo invisible.
Aprendemos del pasado a contar las horas y a olvidarlas,
los latidos que nos faltan hasta el relevo de la madrugada.

Equivocado o no el camino, es difícil comprenderlo,
que el tiempo tiende a cero, que no es por sí imprescindible.
Porque es verdad que el tiempo, ni vive ni muere,
ni implora, ni vuelve…
Como la savia de la sierpe,
como la luz que duerme bajo la nieve.

Con todo, algo lo sustenta: El camino, la lluvia,
el sol; cuanto absorbe la luna de blanco…
Su cuerpo inequívoco, la esperanza del árbol.

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