27 septiembre 2005

DE REPENTE













DE REPENTE

De repente viniste, amor,
De repente.
Como derribo del árbol.
Como huracán que se detiene.
Como vidriera que estalla
en la catedral de los sueños.

¿No me oyes gritarte
en el eco del desmonte,
sobre la madrugada que se cierra?

¡Ven amor, ven, corre!
Como torrente que desbordas.
Como la luz que en recipiente
te transformas.

Porque la vida en que vivo
no es mía,
es de tu noche infinita.
Milagro, paso a paso.
Y así viviremos.
Como palabras inacabadas en amor…
Tú y yo en el camino de nuestros besos.

Porque tú, día a día me sostienes,
me desmontas de mis sueños,
y te creces en la realidad de tus brazos.
Cielo en la sombra. Azul en la llama.
Nube bajo tus armas. Grito en la memoria.
Descanso que alcanzas.

De repente viniste, amor,
De repente. Y tus dedos labraron en mi carne
el fuego de lo imposible.
Y aquí estoy, en tu ciudad sumergida.
Sumergido, esperando a que tu viento
me nombre.

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