SOBRE LA DISTANCIA
El viento me trae tu olor en la distancia.
Te fuiste invisible, como el agua de los sueños.
Cada día, cada tiempo enterrado,
crece en mí la espera en ti,
mi estela enrollada sobre tu memoria.
Ahora sobre la hierba, ahora roja, que se me aparece.
Como tu rostro, incendio, rubí que crece
sobre el quebranto del muro que reparan
los obreros de lo imposible.
El viento me trae tu aroma, tu fragancia
de mujer blanca, sobre la memoria de tus noches;
y en mí te deshaces sobre este tiempo ignífugo
que me equivoca.
Porque cada minuto, cada segundo, me separan
de sesenta besos que me abrasan.
Pero ahora el viento del sur me lleva hacia ti,
en este sueño. En este poema.
Sobre esta latitud del corazón que se revela
mientras marco los dígitos de tu cara.
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