Y allí estaba...
Antes de que la soledad invadiera las ciudades,
los días y corazones deshabitados,
el refugio y moridero de los cometas,
la lenta distancia de la tierra...
Entre la noche, entre las sombras...
Bajo aquel perdido rincón de los ojos sin mirada,
donde faltaba el aire y reinaba la fragilidad de los cristales...
Mientras el mundo seguía girando a su alrededor
y reinaba en un lugar del fuego,
el del viento de los corazones helados...
Mientras la nada llevaba un invierno en cada mano...
Contra ella: el viento que nos une,
el calor y el abrazo que nos damos.
Antes de que la soledad invadiera las ciudades,
los días y corazones deshabitados,
el refugio y moridero de los cometas,
la lenta distancia de la tierra...
Entre la noche, entre las sombras...
Bajo aquel perdido rincón de los ojos sin mirada,
donde faltaba el aire y reinaba la fragilidad de los cristales...
Mientras el mundo seguía girando a su alrededor
y reinaba en un lugar del fuego,
el del viento de los corazones helados...
Mientras la nada llevaba un invierno en cada mano...
Contra ella: el viento que nos une,
el calor y el abrazo que nos damos.
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