05 diciembre 2010

INFINITO DE AMAR

La luna partida,
el sol entretanto,
Tu cuerpo en la arena,
miel y esperanto.
Dos almas y un día...
Razón de tanto.
Día mortal, pero nuestro.
Aquí, en donde el cielo habita
Por ejemplo.
Tu rostro.
Mientras la noche nos vencía,
voluntariamente.
Y nos ofrecía
horizonte y techo,
ante la brisa.
Fue entonces
cuando la tierra despertó,
ante la primera gaviota.
y tú te incorporaste.
Y éramos, un hombre y una mujer,
o sea,
un hombre, y un infinito de amar.

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